25 de noviembre de 2008

Para empezar he de decir que "Tout est pardonné" es puro cine. Los tres protagonistas (Victor, Annette y Pamela) están muy elaborados, lo cual facilita bastante que nos sumerjamos de lleno en la trama (De hecho, si tuviera que elegir algo de la película sería sin duda el personaje de Pamela: exhala ternura y delicadeza).

Se divide en tres partes: Viena, París y 11 años después. Está maestralmente dirigida y en ciertos momentos el espectador se siente contra la espada y la pared
. ¿Por qué cuando todo va bien siempre hay algo que lo estropea? ¿Realmente Victor bebía y se drogaba por necesidad? Llega un momento en el que vivimos sin plantearnos las cosas, la existencia nos empuja a un callejón sin salida en el que comprendemos que la felicidad es subjetiva: La evasión es la salida más fácil.

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